martes, 5 de marzo de 2013

100% PERFECCION

 100 %  PERFECCION 





100% imposible.

Queremos llegar a todo, queremos ser buenas esposas, buenas ex esposas, buenas hermanas, buenas madres, buenas amigas, buenas trabajadoras, buenas amantes, buenas hijas, buenas vecinas, buenas enfermas, buenas novias, buenas tías, buenas sobrinas, buenas cocineras, buenas gestoras de nuestra economía. 100 % perfección, vaya.

Las mujeres, o al menos las que configuran el mapa de mi vida, queremos hacerlo todo bien. Y claro, conseguir esto es imposible. Para conseguir una cosa hay que renunciar a otra, esta regla de tres, tan sencilla por otra parte, ha sido así siempre, de nada nuevo hablamos. Es hasta un principio físico, el abc del existir, de la vida misma. Para meter una cosa en una caja hay que sacar la otra.
Pero parece ser que nosotras no lo vemos así, o no lo queremos ver. O está en nuestro carácter femenino andar cuestionándonos si llegamos a todo y en caso contrario está en nuestro carácter femenino machacarnos porque no lo hicimos y contárnoslo unas a otras en un café femenino, en un paseo por el campo mientras está atardeciendo  o incluso por whatsApp,  que hay que ver lo que da de sí este inventito. Total para, al cabo de cinco minutos, andar partidas de risa por algo que no tiene que ver nada con lo que estábamos hablando o volver al pueblo corriendo porque se ha hecho oscuro y una tiene miedo de andar por el campo a esas horas y sin ninguna farola.

Lo más gracioso son dos cosas, las mujeres que configuran el mapa de mi vida ( y me incluyo) somos muy comprensivas con los límites de las demás. Como somos muy amigas decimos lo que consideramos que tenemos que decir mientras damos ese paseo campestre o mientras hablamos por teléfono, con el riesgo de molestar y de herir a la otra (cosa que también nos hace comernos la cabeza) pero aplicamos un baremo de flexibilidad mucho más amplio del que nos aplicamos a nosotras mismas. Curiosamente, y como la vida es de tal manera que si tuviéramos más memoria otro gallo nos cantaría, cuando se cambia la tortilla y el cuento se te aplica a ti ya no eres tan flexible, ya toca ser 100% perfecta.

También resulta gracioso que, después de esta introducción, de todas las mujeres que configuran el mapa de mi vida no haya ni una amargada. Todas, con nuestros más y nuestros menos hemos ido llegando donde queríamos, hemos sido fuertes y nos hemos apoyado unas a las otras durante todos estos años en temas de trabajo, separaciones, fallecimientos, enfermedades, nacimientos de hijos, nuevas parejas, nuevos proyectos y angustias vitales.¿qué ahora corren malos vientos? Nos seguimos riendo y nos seguimos entusiasmando con la vida. Porque ya vendrán tiempos mejores, de eso estoy segura.

He leído últimamente sobre Ghandi y también sobre Mandela. Siendo hombres excepcionales, aunque eso es tema de otro post, de los dos me llamó la atención lo mismo, los dos desatendieron a su familia, más de un problema tuvieron con sus mujeres, con sus hijos y con su gente más cercana. Insisto, para conseguir algo debes renunciar a otra cosa.
No quiero pensar si una de las mujeres que configuran el mapa de mi vida fuera alguien así, de esta envergadura. A todas horas whatsApp y mensajes “culpables” porque no habían ido al partido de baloncesto de su hija, porque no le habían llevado a natación, porque le habían contestado mal  a su madre, porque no la habían podido acompañar al médico,  porque su casa estaba patas arriba, o porque se les había olvidado comprar el “guisado para llevar” en la tienda de abajo. Y las demás haciendo un exhaustivo análisis psicológico de que no, que era sólo un olvido y que no tener guisado comprado en la charcutería de abajo para comer no implicaba una falta de atención hacia sus seres queridos ni hacia sí misma, además de insistir en que comer siempre precocinado no la iba a convertir en una foca y la otra diciendo que ya le daba igual engordar porque pasa de todo y el resto diciendo que no, que descanse que mañana será otro día,  y la otra diciendo que ve muy difícil volver a enamorarse y nosotras contestando que no, que esto es sólo una época y que su hermano no se va a enfadar si aparece en su fiesta de cumpleaños sin regalo, que su hermana enferma de gripe no se va a sentir frustrada por comer ese día una tortillita francesa etc etc etc. Y mensajitos para arriba, mensajitos para abajo. ¿tendrían Ghandi y Mandela whatsApp?

Mujeres que configuráis el mapa de mi vida, vamos a relajarnos todas un poquito. Aceptemos nuestros límites y no queramos ser perfectas. Nunca lo conseguiremos, sencillamente porque somos humanas.

Va por vosotras.